El Antiguo Egipto, nuestra cuna espiritual, está cada vez mas presente.
Desde el Antiguo Egipto nos han llegado una serie de rituales y símbolos llamados "Textos de las Pirámides" grabados por primera vez en la pirámide de Unas (2375 - 2345 a.c.) aunque su origen es mucho mas antiguo, se remonta al nacimiento de la civilización egipcia.
Desde el Antiguo Egipto nos han llegado una serie de rituales y símbolos llamados "Textos de las Pirámides" grabados por primera vez en la pirámide de Unas (2375 - 2345 a.c.) aunque su origen es mucho mas antiguo, se remonta al nacimiento de la civilización egipcia.
Escritos en lengua jeroglífica, para los antiguos egipcios no era un lenguaje humano, sino medu neter (palabras de los dioses) donde cada palabra es una potencia creadora. Segun se desprende de dichos Textos, la espiritualidad no consiste en la existencia de un dios aparecido en una fecha determinada, basada en dogmas y dueña de una verdad absoluta y definitiva, sino en una apertura de corazón y mirada basada en la intuición y la percepción y que depende de la intensidad y cualidad de la búsqueda individual.
En los Textos, la vida aparece como un cambio constante, un proceso de transformaciones visibles e invisibles que, cuanto mas se perciben, mas vivo se está y mejor se lleva el viaje del espíritu, de origen divino y estelar.
Los temas esenciales de los Textos de las Pirámides se basan en la figura de la diosa Maat, regla eterna del universo que debe anteponerse a Isefet (mentira, destrucción, conflicto, injusticia...). Asi pues el deber fundamental del Faraón es poner a Maat en el lugar de Isefet: armonía en lugar de desorden, verdad en lugar de mentira, justicia en lugar de injusticia, luz en lugar de tinieblas y paz en lugar de conflicto. Por eso, en definitiva, el estado faraónico tenía una única función: hacer vivir a Maat en la tierra en sus múltiples formas.
En los Textos, la vida aparece como un cambio constante, un proceso de transformaciones visibles e invisibles que, cuanto mas se perciben, mas vivo se está y mejor se lleva el viaje del espíritu, de origen divino y estelar.
Los temas esenciales de los Textos de las Pirámides se basan en la figura de la diosa Maat, regla eterna del universo que debe anteponerse a Isefet (mentira, destrucción, conflicto, injusticia...). Asi pues el deber fundamental del Faraón es poner a Maat en el lugar de Isefet: armonía en lugar de desorden, verdad en lugar de mentira, justicia en lugar de injusticia, luz en lugar de tinieblas y paz en lugar de conflicto. Por eso, en definitiva, el estado faraónico tenía una única función: hacer vivir a Maat en la tierra en sus múltiples formas.
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