Crónica de un viaje mágico - 2ª parte
Por la mañana, tras un buen desayuno en el Hotel Palm Village y el control policial, se emprende viaje hacia Gabal el Szeged, el Desierto Negro.
Desde lejos, a través de las dunas, pueden verse las montañas coronadas de grandes rosetones de piedra negra basáltica, pero al llegar al pie de una de ellas es cuando uno siente lo magnífico del lugar, el paisaje es impresionante.
Al abandonar ese lugar no se puede dejar de volver la vista atrás para seguir maravillandose con el paisaje. Los 4x4 siguen avanzando, ahora ya por carretera, hasta llegar a una zona en que un lado de la via es desierto negro y el otro desierto blanco.
En ese punto intermedio y dejando atrás la carretera para volver a las dunas, se ofrece una vista sorprendente: una gran jaima al lado de un pilón de tamaño mediano donde fluye un gran caño de agua invitando al baño. Esta vez, el agua tiene una temperatura muy agradable, y, tras disfrutar de ella, en el interior de la jaima se degusta una buena comida típica, sentados en el suelo sobre cojines en unas jarapas, la comida es servida en pequeñas mesas. Llama la atención una acequia que cruza "el comedor"y, donde se refrescan los pies mientras se toma el té....
Desde lejos, a través de las dunas, pueden verse las montañas coronadas de grandes rosetones de piedra negra basáltica, pero al llegar al pie de una de ellas es cuando uno siente lo magnífico del lugar, el paisaje es impresionante.
Al abandonar ese lugar no se puede dejar de volver la vista atrás para seguir maravillandose con el paisaje. Los 4x4 siguen avanzando, ahora ya por carretera, hasta llegar a una zona en que un lado de la via es desierto negro y el otro desierto blanco.
En ese punto intermedio y dejando atrás la carretera para volver a las dunas, se ofrece una vista sorprendente: una gran jaima al lado de un pilón de tamaño mediano donde fluye un gran caño de agua invitando al baño. Esta vez, el agua tiene una temperatura muy agradable, y, tras disfrutar de ella, en el interior de la jaima se degusta una buena comida típica, sentados en el suelo sobre cojines en unas jarapas, la comida es servida en pequeñas mesas. Llama la atención una acequia que cruza "el comedor"y, donde se refrescan los pies mientras se toma el té....
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