Crónica de un viaje mágico - 3ª parte
Trás el descanso, se emprende camino hacia Sahara el Guedida, el Desierto Blanco. La primera sorpresa es ver aparecer un paisaje que parece lunar por las formas de los montículos, sin olvidar las aglomeraciones de cuarzo transparente, brillante, con algunas zonas cubiertas de arena, tan blanca y fina, que da la sensación que se trata de un paisaje nevado.
Pasar la noche al aire libre, en pleno desierto, con el cielo estrellado como techo es una experiencia increible. Despues de una cena preparada a las brasas de una hoguera, los beduinos con sus tambores y cantos animan la noche, luego, el sonido del silencio... y las estrellas...
Como decía el jefe de los beduinos: noche para limpiar la mente y el corazón...
Pasar la noche al aire libre, en pleno desierto, con el cielo estrellado como techo es una experiencia increible. Despues de una cena preparada a las brasas de una hoguera, los beduinos con sus tambores y cantos animan la noche, luego, el sonido del silencio... y las estrellas...
Como decía el jefe de los beduinos: noche para limpiar la mente y el corazón...
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