domingo, 14 de diciembre de 2008

EGIPTO - DIARIO DEL VIAJE



Tell el-Amarna y Beni Hassan


El lugar donde se encontraba Tell el-Amarna, la ciudad de Akhenaton, el faraón "hereje", ocupa un lugar en el desierto, próximo al Nilo y protegido por unas colinas en forma de media luna donde está situada la necrópolis.
Una columna y los restos de otra es lo único que puede verse del templo que este faraón de la XVIII dinastía mandó construir para el dios Aton, en el suelo, las bases de lo que fue el templo, están marcadas con piedras y cemento y se puede hacer una idea del tamaño de la construcción. Sus sucesores y el desierto, se encargaron de borrar las huellas de la ciudad que hizo construir Akhenatón.
En las colinas, pueden verse las tumbas de Ahmos, Merirah, gran sacerdote de Aton, y Bentu, médico de Akhenatón. Todas ellas con fantásticos grabados que aun conservan el color, donde se ve al dios Atón dirigiendo sus rayos hacia la familia del faraón.
En un extremo y grabado en la piedra de la colina, una gran estela, avisa a los enemigos del faraón de que están adentrandose en una zona prohibida para ellos.


La necrópolis de Beni Hassan, próxima a El-Minya, y situada en un alto desde donde la vista del Nilo y de sus orillas es fantástica, destacan las tumbas de Khety (2.000 a.c), y de Baquet III, en ambas destacan los primeros grabados de la historia de los juegos de lucha cuerpo a cuerpo.
Tambien pueden verse las de Jnumhotep II, sacerdote de Jnum y de Amenemhet Amen, tambien sacerdote.
Antiguamente, en las proximidades de la necrópolis había un templo dedicado a la diosa Pajet, se la representaba con cabeza de leona tocada por un disco solar entre dos cuernos liriformes y dos plumas. Venía a ser el intermedio entre Sekhmet y Bastet.


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