lunes, 15 de diciembre de 2008

EGIPTO - DIARIO DEL VIAJE


Gran Pirámide y Esfinge


La cita con la Gran Pirámide es una de las mas importantes en nuestro viaje, asi que no cuesta demasiado madrugar para poder acceder a ella antes de que haya demasiada aglomeración.

Su construcción se le adjudica al faraón Jufu (Keops) de la IV dinastía, pero, ¿quién no ha escuchado varias de las distintas versiones sobre esa maravilla? personalmente, un simple cálculo matemático me hizo diferir de la teoría "oficial": los expertos dicen que la Gran Pirámide está formada por 2.300.000 bloques, si Keops reinó durante 23 años (2551 a.c. al 2528 a.c.) da un resultado de 8.401 dias, o sea que al dia se tuvieron que colocar 274 bloques.... que cada cual saque sus propias conclusiones.

Cuando se accede a su interior, por los primeros pasajes, incluso se puede llegar a sentir algo de claustrofobia, pero al llegar a la gran galería se percibe la grandeza de esta construcción, grandiosa, inimaginable.... y, al entrar en la Cámara del Rey se tiene la sensación de que el tiempo se ha detenido, de que uno se encuentra en un lugar sagrado, no por el hecho de que alli se encuentre el sarcófago que segun la arqueología contenía los restos del faraón, no, en ese sarcófago no han habido restos humanos, eso se percibe, y las personas sensitivas no pueden evitar emocionarse.

Habría mucho que decir sobre la Gran Pirámide, pero creo que lo ideal es que cada cual juzgue segun su propia experiencia...


La entrada a la Pirámide de Joafra (Kefrén) es mas fácil, una pequeña rampa de bajada, un pasadizo horizontal y la sala del sarcófago, mas amplia que la cámara del Rey de la Gran Pirámide, pero con una energía diferente, intensa pero diferente.


La subida a la Meseta de Guiza para la típica foto con las pirámides al fondo ayuda a "desconectar" y prepararse para la visita a la Esfinge.


¿Qué decir de esa mole con cara de león? La Esfinge, se accede a ella a través del templo que lleva su nombre, diferentes salas que se dedicaban a diversos menesteres, entre ellos, dicen, la momificación... un último pasillo ascendente y se sale al exterior, y ahi, a los pies, está la Esfinge, inmutable al paso de los siglos y de los milenios, mirando hacia el Este, reposada y vigilante. Entre sus patas se encuentra la Estela de Tutmosis IV, en la que se narra el sueño que tuvo, cuando, joven y cansado de sus correrías por el desierto, se quedó dormido en ese lugar y la esfinge se le apareció en sueños y le dijo que si la libraba de las arenas del desierto que la cubrían, le haría faraón... El así lo hizo y fue coronado faraón a la muerte de Amenofis II, durante la XVIII dinastía.

1 comentario:

  1. Adonae-Nur, muy bonito y cálido tu blog, con tantos recuerdos y sitios maravillosos visitados y por visitar.
    Gracias por tu trabajo y tu apoyo.
    Te queremos: Leo y Carmen

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